Con tus ojos me construyes caminos para seguir y te siento tan real, tan en mí que no quiero dejarte jamás.

Drogas mágicas.

Me duele la cabeza, por culpa de la tarde mágica. Aún se me eriza la piel cuando recuerdo tu voz en mi oído, tus labios cerca de mi cuello y tus manos acariciando mi rostro. Recuerdo cada momento, cada beso, cada caricia, cada abrazo. Aún siento los cosquilleos en el estómago, el nerviosismo de mis movimientos y tus ojos. Tu mirada tan tranquila, tan serena, que hace que me pierda en el infinito, y claro, más allá. Esas ganas de hacer todo y hacer nada a la vez, esos deseos de echar a correr sin llegar a ningún lugar, esos sentimientos de buena persona que nacen sin un por qué (aunque también nacen los de querer vivir en una burbuja). Para cuando me reencuentre con la persona mágica, llevaré puesto algo marrón.

El fuego, purifica el alma.

A veces, el fuego, crece tanto que es imposible apaciguarlo, apagarlo. Se mantienen las brasas encendidas & vuelan las cenizas, recorren el aire y le cuentan sus secretos a las hojas caídas de los árboles.
Puedo ser las cenizas y tú las hojas caídas para contarte mis secretos más ocultos.
Permíteme martirizarme con tus recuerdos, aunque es mejor disfrutar el ahora, construir el futuro con miradas de amor y satisfacción.

El tiempo no pasa en vano sobre nuestros cuerpos, pero sí en nuestros corazones.

Escribir una nota, como tal.

a veces te sientes tan en las nubes, pero inconcientemente debes caer al puto cemento que te rodea, junto con los plásticos y enfermedades que maldecimos tanto, pero que nos hace sentir tan animales. sin embargo no puedes dejar de lado otras cosas como tus vicios, y tus falsas caretas, esas falsas caretas que no te cree ni el papa (papa, no papá). algunas veces siento que te conosco tanto, que creo, nadie sabra lo que te pasa mejor que yo, pero mi tiempo ya terminó, y sí, creo que ya lo acepté, aunque no puedo negar, que las palabras son como puñaladas en el estómago. No siempre podré escribir lo que quiero, y como quiero, pero, tengo claro en la cabeza que mi camino, sólo yo lo escribo, que sólo yo forjaré mi futuro, aunque éste esté muy lejos de mis manos. Quiero aventuras, para aprender, sin embargo, sé que nada aprendo, pues, para aprender me tienen que enseñar otras personas, pero, aquí, me enseño yo sóla, así que no sé si aprendo algo.. Quizá no aprenda nada como dice el feo, o tal vez aprenda que nunca aprenderé de mis errores. Son tantas corazonadas las que viven mis latidos, que ya perdí la cuenta de las pulsaciones de tú corazon. Perdí la cuenta, hace un tiempo atrás. Éste, es mi gran secreto, lo escribo para que se enteren de él, más aún jamás podran descifrar la gran incognita que envuelve mi vida. No hagas el intento de meterte en mi vida para descifrar el secreto, que nunca resolverás.