Frente al computador.

una semana más, de nada; otro día más, de nada; pasa una hora más, y simplemente hay nada. Ni palabras, ni besos, ni abrazos. Sólo horas vacías para recordarte. Tal vez ese es el propósito de la vida, dejarte nada después de mucho. Quizás dejarte nada después de nada. O puede ser que siempre hubo nada y sólo te acomodabas en tus ilusiones, y todo lo que hubo era ilusión, nada más que eso.

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